viernes, 8 de diciembre de 2017

Para Hécate 2.0

– Hécate, diosa que me otorgó el poder, ruego escucha mi plegaria; Luna, madre, tan bella con tu palidez, guíame esta noche; Hades, guardia de almas, imploro tu protección...

Un carraspeo femenino interrumpe mi plegaria diaria a los dioses paganos. Abro los ojos, algo molesta, y miro, con el ceño fruncido, a la mujer que hay frente a mí. Algo me dice que debería reconocerla, pero no logo identificarla. Un halo sobrenatural brilla a su alrededor. Me quedo sin habla. Me sonríe.

– Supongo que no sabrás quién soy –empieza. Niego con la cabeza–. En ese caso, será un placer para mí presentarme: soy Hécate.

Abro los ojos, de par en par, y la boca, sorprendida.

– ¿Hé... Hécate? –parpadeo sin salir de mi asombro. Asiente, aún sonriendo. Bajo la cabeza–. Entonces...¿habéis oído mis plegarias...?

No me atrevo a mirarla directamente. Siento su mano sobre mi cabeza, apoyada con ternura.

– Por supuesto –responde con voz suave–. ¿Cómo no oír unas plegarias tan devotas?

Siento lágrimas acudir a mis ojos, amenazando con derramarse. Había empezado a pensar que no tenía sentido orar a cualquier dios, en general, incluso había comenzado a dudar de su existencia. Después de todo, era mejor pensar eso que asumir que han permitido que me ocurriese todo aquello.

– Lo lamento –decimos a la vez. Alzo la vista de forma inconsciente, ¿una diosa se acaba de disculpar?, ¿ante una mortal? La miro sin entender. Sonríe.

– Lamento haber permitido lo que te ha ocurrido, pero debes entender que era necesario: si lo hubiese hecho no serías la mujer fuerte y luchadora en la que te has convertido –una lágrima traidora se desborda y cae por mí mejilla. La recoge con una sonrisa–. Se ha terminado tu sufrimiento, pequeña, lo prometo.

– ¿Qué queréis decir con eso...?

– Shhht... Túmbate, y cierra los ojos –obedezco y me relajo. Acaricia mi rostro y pasa su mano por mi hombro–. Los dioses hemos escuchado tus plegarias. Mereces ser feliz después de todo. Es hora de descansar...

Intento abrir los ojos, pero no puedo. Caigo en un sueño profundo y definitivo. Oigo una última frase: «pronto te reunirás con los demás».

viernes, 13 de octubre de 2017

"Don't tear me down from all I need" – Within Temptation

"– ¿Es esto? –la miró sin comprender. Pobre niña–, ¿esto es sentir?

– Todo es bueno y todo es malo: sentirás dolor, tristeza, sufrimiento, ira..., pero también sentirás alegría, apoyo, ilusión..., amor, odio..., los dos últimos son muy fuertes y, aunque opuestos, muy cercanos, tanto que casi se tocan.

– ¿Y no sería mejor no sentir?"

Todos hemos pensado eso alguna vez, ¿verdad?: Mejor no sentir. La tristeza, el dolor, el sufrimiento que vienen tras la alegría, la caída después de vernos elevados hasta el cielo es horrible, no hay punto de comparación. Aunque haya quien remonte (todos lo hacemos, tarde o temprano), no se olvida el dolor y no siempre compensa; cuando creemos que ya nos encarrilábamos...ocurre algo que desencadena una serie de sucesos y todo se desestabiliza.

Ahí. En ese momento. Justo entonces, es cuando uno debe mostrar su fortaleza. Te diré un secreto: del mismo modo que, comprobado está, los buenos momentos terminan, los malos también. De eso se trata el equilibrio. Precisamente cuando uno empieza a caer es cuando debe mirar arriba, nunca abajo, y alzar los brazos, dejarnos ayudar, intentar volar. Nunca aferrarnos. ¿Por qué?, dirás. Bueno, porque si te aferras al recuerdo, no es más que algo abstracto, pasado, un fantasma que te torturará recordándote que estuviste mejor justo antes de caer, creando falsas ilusiones; si es a una persona, si pretendes que sea la otra persona quién te saque de un lugar del que sólo puedes salir, la arrastrarás, la ahogarás y, probablemente, termine por alejarse, consciente o inconscientemente, pero lo hará.

Así que busca en ti: la sensación que tenías antes de caer (no el recuerdo), búscala, y ten presente que volverá, coge y usa toda herramienta que esté en tu mano, las que te proporcionen. Pero, sobre todo, desahógate. Llora, habla, suelta lo que te duele, toma aire. Sonríe. Porque es mejor sentir que no hacerlo. Siempre. Es mejor poder disfrutar de los pequeños momentos que no poder apreciarlos porque estás sumido en un vacío que amenaza con anularte, mejor que estar muerto en vida, que, simplemente, existir. Cuando solo se existe...es muy difícil remontar.

Yo puse fecha de caducidad a mi vida, no veía forma de remontar, de salir de ese bucle de vacuidad, pero intentaba, desesperadamente, poder sentir algo, cualquier cosa: no quería dejar este mundo sin haber podido vivir, sin haber sentido, sin haber apreciado lo que tenía..., pero, simplemente, no podía hacerlo, no podía sentir...me daba miedo hacerlo. Hasta que alguien llegó y me enseñó, de nuevo, a amar. Es poco, va despacio, es una pequeña luz, muy tenue, pero existe, y trato de alimentarla, aunque a veces amenace con extinguirse porque, por mucho que remontemos, el vacío sigue ahí, amenazando con volver. Pero hay que luchar, nadie merece ese vacío. Todos tenemos demonios, de nosotros depende combatirlos, vencerlos y dominarlos, o permitir que nos dominen e incluso alimentarlos.

viernes, 12 de mayo de 2017

I'd better shut up

I'd lie to you a thousand times,
I'd say to you that it doesn't feel the same
and I'd let my heart being oppressed
just to talk to you once again
as the way as we used to.

I'd lie myself saying I don't care
but here I am, writing to you these lines
I know you think I'm too obsessed
I think you're right but I don't want to
I just need to runaway from this dispair.

But I can't, and I think I'm going crazy.
How easy would be just closing
the door and slipping away!

It was easy for you, one morning,
you just stepped away
from me, from all we had.

You think I was lazy,
because I didn't run behind you,
I just was broken
and I felt die without you.

I know you won't read this,
I know you don't want it
but I need to say this
to you again:
my feelings for you are still alive,
but I don't want to bother you anymore,
so I will just die in silence.

— Alexia Donaire (1.5.2017)